OBRA TEATRAL
ESPAÑOLA
Título: El Nido Ajeno
Subtítulo: Comedia en tres
actos, en prosa
Autor: Jacinto
Benavente, España, 1866-1954.
Año de
publicación:
1894.
Representación: Estrenada en el
TEATRO DE LA COMEDIA la noche del 6 de Octubre de 1894.
Enredo: En esta
comedia, de tres actos, José Luis se distancia de su hermano Manuel por
sospechar que él tenga una relación amorosa con su esposa, María. Resultando en
una situación análoga a la que en su día tuvo su padre en relación con el que
había sido su mejor amigo. Así que, tres personajes se contraponen en “El nido
ajeno”; tres maneras de vivir, tres psicologías: la mujer toda corazón y
fidelidad que puede afrontar la mirada del marido diciendo: "¡Si hubo
pasión culpable en nosotros..., mátame, duda de mí... duda de tu madre!";
el hombre amargado por esta duda que desafía la esposa porque tiene ella el
convencimiento de su propia honra y de la honra de aquella calumniada mujer -la
madre de Manuel y José Luis (Orduna)- que hubo de verse en situación semejante
a la que sufre, y el hermano que vivió desde la infancia con el dolor del
recelo paterno, pero no menos con la serenidad de quien no conoce el egoísmo ni
tiene sobre sí el estigma de la deshonra. (Fuente:http://www.resenahistoricateatromexico2021.net/transcripciones/609_470807.php?texto_palabra=)
Contexto
Complementar al enredo: A finales del siglo XIX, se producen varios intentos
de acabar con el tipo de teatro retórico y melodramático que, heredado del Romanticismo,
tenía su mayor representante en José de Echegaray. En España se buscaba romper
con el teatro condicionado por el gusto burgués, de carácter conservador.
(Fuente: http://html.rincondelvago.com/teatro-contemporaneo_1.html)
Personajes: María, Emilia,
Luisa, José Luis, Manuel, Julián.
Obra completa disponible
en:
http://dspace.ceu.es/visor/libros/519964/519964.pdf
Fragmento
para traducción: Acto 1, Escena
II y parte de la Escena III.
ESCENA II
EMILIA y MARÍA
EMILIA. - ¿Cómo estás, querida?
MARÍA. - ¿Hace mucho que me
aguardabas?
EMILIA. - Un instante. Ya sé que estáis buenos, que
llegó tu cuñado.
MARÍA. - ¿Y tu marido y los
chicos?
EMILIA. - Buenos, todos buenos. Fernando
muy ocupado. Ya vendrá conmigo a saludar a tu hermano político... .Tú apenas le
conocías, verdad?
MARÍA.- Le conocí cuando éramos niños. Ya sabes que su
familia y la mía estaban muy unidas; su padre y el mío eran socios. Pero Manuel
marchó de España tan joven... No esperábamos volverle a ver.
EMILIA.- Dicen que ha hecho
dinero por esas tierras.
MARÍA.- ¡Un gran caudal! Él es
muy emprendedor, la suerte le ha favorecido...
EMILIA.- Sigue soltero, por
supuesto.
MARÍA.- y sin intenciones de
casarse, según afirma.
Emilia
!Un tío rico y solterón! .Pero vosotros en que pensáis? No tenéis decoro si no le
obsequiáis con una docena de sobrinos... si no queréis molestaros, en casa hay
cuatro y allí no hay dinero ni herencias en perspectiva... ¡Bueno anda todo!
MARÍA.- Manuel es joven' y
figúrate si le faltarán proporciones.
EMILIA.- En cuanto se enteren en
Madrid os le secuestran. !Buenas andan las madres que tienen hija!,
! El papel hombre,
ha subido mucho. Antes, más o menos bonita una muchacha, a cierta edad, no le
faltaba novio, bueno o malo. Nos cotizábamos a la par, pero ahora, hija, está
el cambio por las nubes. Las madres debían hacer un empréstito al extranjero.
MARÍA.- !Que ocurrencia!
EMILIA.- ¿Y qué es de tu vida?
¿Te has abonado al Real?
MARÍA.- No. ¿Para qué? El año
pasado fuimos tres noches en toda la temporada; es tirar el dinero. José Luis
esta delicado, no tiene humor ni gana de vestirse, le cansa todo... Ya sabes como
es el.
EMILIA.- Sí ... pero, hija mía,
hacéis una vida muy triste... metidos entre cuatro paredes. Siquiera recibierais
alguna gente.
MARÍA.- A todo se acostumbra una,
y yo no estoy acostumbrada a divertirme mucho. Bien lo
sabes tú; en mi casa pasaba lo
mismo.
EMILIA.- En tu casa siquiera,
había tertulia los sábados. Se jugaba al julepe, se tomaba chocolate, iban
nuestros novios.
MARÍA.- Nuestros maridos hoy.
EMILIA.- Y el tuyo fue el primero
y el único. !Has sido siempre tan formal! Yo mariposee un poco, con aquel
sevillano, ¿te acuerdas? Si me caso con el me luzco. ! Qué vida dio a su pobre
mujer! Nosotras no podemos quejarnos. Tuvimos buen acierto.
MARÍA.- !Ve una matrimonios tan
desdichados!
EMILIA.- !Huy! Es un horror... Y
los que, en apariencia son muy felices y si va uno a mirar...
!Que
pendientes tan bonitos!
MARÍA.- Regalo de mi cuñado.
EMILIA.- ¡Preciosas perlas! Hija,
la gente rica...
MARÍA.- !Oh! Me ha traído
preciosidades... Ya verás.... (Dan las once.)
EMILIA .- ¡Las once y no ha
venido tu marido! (suena la campanilla.)
MARÍA.- Ya está ahí. (Toca un
timbre.)
EMILIA.- !La puntualidad misma!
(Entra Julián.)
MARÍA. (A Julián .) Vea usted si
se ha levantado el señorito Manuel y sirva usted el almuerzo en seguida, (sale
Julián. A Emília.) ¿Quieres almorzar?
EMILIA.- No, me voy corriendo.
!Bueno andaría aquello si yo faltase!
Venía a convidarte al teatro. Tenemos palco para el estreno de esta, noche.
MARÍA.- No sé si José Luis querrá
que vayamos... Ya te avisaré.
ESCENA III
Dichas y José Luis
JOSÉ.-
Muy buenos días.
EMILIA Llega usted á tiempo.
JOSÉ. (sentándose á la mesa.) Me he retrasado
un poco. ¿Quiere usted almorzar?
EMILIA.- ¡Jesús! ¡Que no se enfríe! Son las
once en punto. Quise decir que llegaba usted á tiempo de aceptar una invitación
para el estreno de esta noche. María no se atreve á darme su palabra sin contar
con usted.
JOSÉ.- Cualquiera dirá que soy un tirano.
EMILIA.- No es usted tirano. Nadie lo dice.
Pero María es una esposa ejemplar y cumple muy bien aquellas menudencias de la
epístola, que no todas guardamos puntualmente...
«La mujer no saldrá de casa sin permiso del
marido...»
JOSÉ.- (A María.) ¿Quieres ir?
MARÍA. Si tú vienes...
JOSÉ.- No estoy bueno. Esta mañana tuve un
ataque de bilis.
MARÍA.-
Entonces nos quedamos en casa. (A EMILIA.) Ya lo oyes.
[…]