Traducctores,
Comenten, abajo, con un pequeño fragmento traducido de la obra hispánica (del Módulo 9).
Se acuerden de indentificar la obra, el nombre de los traducctores y el público meta de la traducción.
Este Blog trata del tema Teatro y Traducción en lo que toca a la Lengua Española y al Portugués brasileño. Se busca divulgar obras teatrales hispánicas de fines del siglo XIX e inicio del siglo XX con fragmentos traducidos a distintas regiones brasileñas.
quinta-feira, 3 de dezembro de 2015
quarta-feira, 21 de outubro de 2015
El nido ajeno - Obra teatral española
OBRA TEATRAL
ESPAÑOLA
Título: El Nido Ajeno
Subtítulo: Comedia en tres
actos, en prosa
Autor: Jacinto
Benavente, España, 1866-1954.
Año de
publicación:
1894.
Representación: Estrenada en el
TEATRO DE LA COMEDIA la noche del 6 de Octubre de 1894.
Enredo: En esta
comedia, de tres actos, José Luis se distancia de su hermano Manuel por
sospechar que él tenga una relación amorosa con su esposa, María. Resultando en
una situación análoga a la que en su día tuvo su padre en relación con el que
había sido su mejor amigo. Así que, tres personajes se contraponen en “El nido
ajeno”; tres maneras de vivir, tres psicologías: la mujer toda corazón y
fidelidad que puede afrontar la mirada del marido diciendo: "¡Si hubo
pasión culpable en nosotros..., mátame, duda de mí... duda de tu madre!";
el hombre amargado por esta duda que desafía la esposa porque tiene ella el
convencimiento de su propia honra y de la honra de aquella calumniada mujer -la
madre de Manuel y José Luis (Orduna)- que hubo de verse en situación semejante
a la que sufre, y el hermano que vivió desde la infancia con el dolor del
recelo paterno, pero no menos con la serenidad de quien no conoce el egoísmo ni
tiene sobre sí el estigma de la deshonra. (Fuente:http://www.resenahistoricateatromexico2021.net/transcripciones/609_470807.php?texto_palabra=)
Contexto
Complementar al enredo: A finales del siglo XIX, se producen varios intentos
de acabar con el tipo de teatro retórico y melodramático que, heredado del Romanticismo,
tenía su mayor representante en José de Echegaray. En España se buscaba romper
con el teatro condicionado por el gusto burgués, de carácter conservador.
(Fuente: http://html.rincondelvago.com/teatro-contemporaneo_1.html)
Personajes: María, Emilia,
Luisa, José Luis, Manuel, Julián.
Obra completa disponible
en:
http://dspace.ceu.es/visor/libros/519964/519964.pdf
Fragmento
para traducción: Acto 1, Escena
II y parte de la Escena III.
ESCENA II
EMILIA y MARÍA
EMILIA. - ¿Cómo estás, querida?
MARÍA. - ¿Hace mucho que me
aguardabas?
EMILIA. - Un instante. Ya sé que estáis buenos, que
llegó tu cuñado.
MARÍA. - ¿Y tu marido y los
chicos?
EMILIA. - Buenos, todos buenos. Fernando
muy ocupado. Ya vendrá conmigo a saludar a tu hermano político... .Tú apenas le
conocías, verdad?
MARÍA.- Le conocí cuando éramos niños. Ya sabes que su
familia y la mía estaban muy unidas; su padre y el mío eran socios. Pero Manuel
marchó de España tan joven... No esperábamos volverle a ver.
EMILIA.- Dicen que ha hecho
dinero por esas tierras.
MARÍA.- ¡Un gran caudal! Él es
muy emprendedor, la suerte le ha favorecido...
EMILIA.- Sigue soltero, por
supuesto.
MARÍA.- y sin intenciones de
casarse, según afirma.
Emilia
!Un tío rico y solterón! .Pero vosotros en que pensáis? No tenéis decoro si no le
obsequiáis con una docena de sobrinos... si no queréis molestaros, en casa hay
cuatro y allí no hay dinero ni herencias en perspectiva... ¡Bueno anda todo!
MARÍA.- Manuel es joven' y
figúrate si le faltarán proporciones.
EMILIA.- En cuanto se enteren en
Madrid os le secuestran. !Buenas andan las madres que tienen hija!,
! El papel hombre,
ha subido mucho. Antes, más o menos bonita una muchacha, a cierta edad, no le
faltaba novio, bueno o malo. Nos cotizábamos a la par, pero ahora, hija, está
el cambio por las nubes. Las madres debían hacer un empréstito al extranjero.
MARÍA.- !Que ocurrencia!
EMILIA.- ¿Y qué es de tu vida?
¿Te has abonado al Real?
MARÍA.- No. ¿Para qué? El año
pasado fuimos tres noches en toda la temporada; es tirar el dinero. José Luis
esta delicado, no tiene humor ni gana de vestirse, le cansa todo... Ya sabes como
es el.
EMILIA.- Sí ... pero, hija mía,
hacéis una vida muy triste... metidos entre cuatro paredes. Siquiera recibierais
alguna gente.
MARÍA.- A todo se acostumbra una,
y yo no estoy acostumbrada a divertirme mucho. Bien lo
sabes tú; en mi casa pasaba lo
mismo.
EMILIA.- En tu casa siquiera,
había tertulia los sábados. Se jugaba al julepe, se tomaba chocolate, iban
nuestros novios.
MARÍA.- Nuestros maridos hoy.
EMILIA.- Y el tuyo fue el primero
y el único. !Has sido siempre tan formal! Yo mariposee un poco, con aquel
sevillano, ¿te acuerdas? Si me caso con el me luzco. ! Qué vida dio a su pobre
mujer! Nosotras no podemos quejarnos. Tuvimos buen acierto.
MARÍA.- !Ve una matrimonios tan
desdichados!
EMILIA.- !Huy! Es un horror... Y
los que, en apariencia son muy felices y si va uno a mirar...
!Que
pendientes tan bonitos!
MARÍA.- Regalo de mi cuñado.
EMILIA.- ¡Preciosas perlas! Hija,
la gente rica...
MARÍA.- !Oh! Me ha traído
preciosidades... Ya verás.... (Dan las once.)
EMILIA .- ¡Las once y no ha
venido tu marido! (suena la campanilla.)
MARÍA.- Ya está ahí. (Toca un
timbre.)
EMILIA.- !La puntualidad misma!
(Entra Julián.)
MARÍA. (A Julián .) Vea usted si
se ha levantado el señorito Manuel y sirva usted el almuerzo en seguida, (sale
Julián. A Emília.) ¿Quieres almorzar?
EMILIA.- No, me voy corriendo.
!Bueno andaría aquello si yo faltase!
Venía a convidarte al teatro. Tenemos palco para el estreno de esta, noche.
MARÍA.- No sé si José Luis querrá
que vayamos... Ya te avisaré.
ESCENA III
Dichas y José Luis
JOSÉ.-
Muy buenos días.
EMILIA Llega usted á tiempo.
JOSÉ. (sentándose á la mesa.) Me he retrasado
un poco. ¿Quiere usted almorzar?
EMILIA.- ¡Jesús! ¡Que no se enfríe! Son las
once en punto. Quise decir que llegaba usted á tiempo de aceptar una invitación
para el estreno de esta noche. María no se atreve á darme su palabra sin contar
con usted.
JOSÉ.- Cualquiera dirá que soy un tirano.
EMILIA.- No es usted tirano. Nadie lo dice.
Pero María es una esposa ejemplar y cumple muy bien aquellas menudencias de la
epístola, que no todas guardamos puntualmente...
«La mujer no saldrá de casa sin permiso del
marido...»
JOSÉ.- (A María.) ¿Quieres ir?
MARÍA. Si tú vienes...
JOSÉ.- No estoy bueno. Esta mañana tuve un
ataque de bilis.
MARÍA.-
Entonces nos quedamos en casa. (A EMILIA.) Ya lo oyes.
[…]
Pueblecito - Obra teatral chilena
OBRA TEATRAL
CHILENA
Título: Pueblecito
Año de
publicación:
1937 (edición de la versión digitalizada)
Representación: Estrenada por
la Compañía Chilena Báguena-Bührle, en el Teatro de la Comedia de Santiago (Chile),
el 8 de junio de 1918, y en el Teatro Liceo de Buenos Aires, por la Compañía Argentina
Camila Quiroga-Salvador Rosich, el 20 de noviembre de 1919.
Enredo: La acción se
desarrolla en tres actos y se sitúa a comienzos del siglo XX en un pueblo
ficticio del valle central de Chile,
donde los personajes se encuentran
sumergidos en el letargo de la vida cotidiana,
como queda de manifiesto en las primeras escenas cuando Marcela y Teresa
-quienes han sido educadas
en Santiago- añoran
la vida en la
capital. Para menguar su aburrimiento, dedican
el día a la lectura y a quehaceres femeninos, como el tejido. Ambas son hijas
de Ignacia y Felipe, matrimonio respetado en el pueblo, y tienen por visitas
recurrentes a las autoridades del lugar, como el alcalde (compadre de la
pareja) y el cura. La tranquila vida del pueblo se ve alterada con la llegada
de Marta, quien vuelve tras residir diez años en Santiago junto a su madrina. Los
modales capitalinos en los que ha
sido educada, la gran personalidad, simpatía
y coquetería enamoran
a Juan Antonio, novio
de su hermana Rebeca. (Fuente:http://ww2.educarchile.cl/userfiles/P0001/File/aulavisual/ESCUELA_ESPECTADORES/Pueblecito_GPedagogica.pdf)
Contexto
Complementar al enredo: La autenticidad de la vida campesina y la falsedad
de las maneras capitalinas; órdenes sociales y familiares; modernidad x
tradición.
Personajes: Marta, Rebeca,
Marcela, Teresa, Rita, Ignacia, Mercedes, Tía Tataya, Elvira, Juan Antonio, Basilio,
Alcalde, Felipe, Lorenzo, Manuel Jesús, Isidro, Un chico.
Obra completa disponible
en: http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-8271.html
Fragmento
para traducción: Acto Segundo,
p. 87- 90.
[…]
REBECA.-Ayer cuando llegó la Martita te busqué por
todos lados
J. ANTONIO.-Yo estaba escondío.
REBECA.- ¡Huaso! ¿Así es que no la has visto?
J. ANTONIO.- Já,
ja, ja!... Sí la vi.
REBECA.- ¡Chitts! No te rías tan fuerte, te dicen.
J. ANTONIO. --!Ja, ja! (Tapándose la boca) Güeno que
son bien reelegantes, por eso yo no me animé a acercarme, además había
tantísima gente.
REBECA.- ¿Y te gustó?
J. ANTIONIO.- ¡Psch! Así, así no más. Mucha
calcomania, mucha labia, mucha… ¡Psch!... ¡Cosas de la ciudad!
REBEICA.- !Miren qué facha!
J. ANTONIO.-Me gustai más vos.
REBECA.-Déjate, chinchoso.
J. ANTONIO.-Además, tiene facha de orgullosa.
REBECA.- ¡Orgullosa! Lo menos que tiene. Es más
buena... Ya ves conmigo; me besó y me abrazó.
J. ANTUNIO.-Miren, qué gracia, cómo que es tu
hermana.
REBECA.-Pero ella es una señorita, ha estudiado en
los mejores colegios de Santiago... mira todas las maletas que trae: toda es
ropa suya, llenas de bordado y cintas, vieras tú.
J. ANTONIO.- ¡Uy!
REBECA.-No toquís. Vieras tú las enaguas, las
camisas.
J. ANTONIO.- ¡Sí que viera!
REBECA.-Mira el quitasol. (Rebeca abre el quitasol). Juan Antonio se pone debajo
J. ANTONIO.-Qué bien nos vemos aquí a la sombrita.
REBECA.- (Cambiando
de tono). ¿Sabes una cosa? No hemos puesto flores.
J. ANTQNIO.-Cierto.
REBECA.- A ella le gustan mucho las flores. Anda a
cortar algunas rosas aquí a1 jardín.
J. ANTONIO.- Güeno.
REBECA-Pero que no vayan a ser feas, elígelas con cuidado.
J. ANTONIO.-Si, si, no me recomendís tanto, también
sé elegirlas. (Mutis por el foro, Juan Antonio: por entre las rejas de la
ventana se le ve pasar cortando flores. Rebeca, aprovechando la soledad, se
prueba la capa de viaje de Marta y se mira al espejo, luego sintiendo pasos se
desviste presurosa.
RITA.- (Entrando).
¿No se ha levantado?
REBECA.- ¿quiere usted que vaya a ver si algo se le
ofrece?
RITA.- No, la pobrecita estará cansada. Espera que
llame y me avisas.
REBECA.- Bueno. (Mutis
Rita, izquierda. Rebeca yendo a la puerta). Ya está bueno, Juan Antonio, no
cortís más.
J. ANTONIO- (Llegando
por foro, con un manojo) Mira que están bien bonitas. Mira, ésta se parece a ti.
REBECA.-Cállate,
tonto, no digas disparates.
J. ANTONIO.- ¡Disparates!. . . Igualita a ti,
rosadiza como tus cachetes y tus labios. (Le
da un beso a la flor).
REBECA.-Tú eres loco.
J. ANTONIO.-Muchas veces lo he pensado y me hace la
mar de gracia. Mírale la fachita que tiene, a1 igual que vos cuando te enojai
conmigo, me dan ganas de abrirla pa verle el corazón.
REDECA.- ¿Y tú creís que tienen corazón las flores?
J. ANTONIO.- ¡Ah! Cierto que dicen que las flores por
ser mujeres no tienen corazón.
REBECA.-Miren las cosas que dice. Tenemos, y más
corazón que ustedes.
J. ANTONIO.- ¿Y vos tenís corazón?
REBECJI.--Sí.
J. ANTONIO.- ¿Estás segura?
J. ANTONIO.- ¿Querís hacerme e1 favor de preguntarle
si conoce a un tal Juan Antonio?
REBECA.-Dice que sí.
J. ANTONIO.- ¿Y lo quiere?
REBECA.--Dice que esa es pregunta demasiado
indiscreta
J. ANTONIO.- ¿y tú, Rebeca qué decís tú?
REBECA.-Yo, Juan Antonio. Yo digo lo mismo que él.
Bueno arreglemos a estas flores. Dame.
J. ANTONIO.-No, hasta que no me contestes.
REBECA.-Ya te conteste. Dame, que se hace tarde.
J. ANTONIO.-No, no, no.
REBECA.-Bueno, sí, sí, mucho.
J. ANTONIO. ¡Ah, así sí! Toma.
REBECA.- Pero conste que te lo he dicho para que me
entregarai las flores.
J. ANTONIO.- ¡Tramposa!
[…]
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